domingo, 17 de mayo de 2009

¿Acaso Importa?

¿Cómo afecta la religión y sus creencias, la cotidianidad de mi vida? Seguro es que afectan de alguna u otra forma y de manera significativa…

Desde el punto de vista teísta, es una inquietud de relevancia fundamental para lograr la trascendencia y salvación. Desde el punto de vista científico y filosófico, los cuestionamientos sobre la verdad, la realidad y sobre Quienes somos, De donde venimos y Hacia donde vamos, son también de importancia básica. Luego entonces, aunque no a todos nos interesa por igual, a todos nos incumbe y afecta. ¿Cómo y con que relevancia?

¿Cómo incide la religión, o las religiones y demás creencias místicas, en mi vida?
¿Es esta, una incidencia positiva, negativa o innocua?
En su caso ¿Su importancia será realmente relevante como para preocuparse al respecto?
... Si nuestro punto de vista es el científico ¿Cómo debe ser nuestra convivencia con el hecho de que estas “creencias” existen en nuestra vida diaria? Es decir, en nuestra vida cotidiana y en el imaginario social en el que nos movemos. Es en donde habría que encontrar su respectiva relevancia, derivadas de sus positivas, negativas o innocuos efectos en nuestra cotidianidad. ¿Con que finalidad? Para saber si lo procedente sería convivir fructuosamente con ´las creencias’ en el desarrollo humano, aunque no se comulgue con ellas. O intentar combatirlas sensatamente si es que dañan u obstaculizan el desarrollo humano de alguna forma. (Humanización del hombre, en términos de Edgar Morín).

Para los cuatro jinetes del ateísmo no hay muchas dudas al respecto, su postura podría sintetizarse en que las creencias religiosas interfieren de alguna manera y magnitud con el encuentro entre el hombre y la aproximación a la verdad (no absoluta), mediante la merma sistemática de las capacidades racionales del hombre, y de sus conductas afectivas por el conocimiento en sí.

Mi experiencia; He transitado de haber sido católico por tradición familiar. Creyente con cierto fervor en la época en la que se me adoctrinó para el ritual de la primera comunión. Luego pasé también por ser católico ‘a la carta’, hasta llegar hoy a un escepticismo tal, que se me puede considerar un ateo. Como es usual, pienso que han sido los intereses y lecturas de tipo científico, lo que me ha llevado a esto. También, como gran parte de las profesiones, ambas de mis actividades, la arquitectura y su docencia, me han orientado por este camino. Es relevante, que la comunidad docente en la que me encuentro sumergido, tiene una inspiración religiosa, por lo que se podría suponer, que la incidencia de las creencias divinas me es bastante cercana, aunque debo decir que no me ha afectado en cuanto a mis derechos y obligaciones en ningún sentido.

Profesar una religión, creer en dios, dioses y otras entidades divinas han de ser tan respetables como tener la creencia de que no existiese ninguna de ellas. Y aunque esto pareciera ser profesar otra religión en sí, me parece muy distante. La ciencia no proclama fe en si, sino cuestionamientos, evidencias y pasión por aproximarse a la verdad, paulatina y gradualmente. Mientras tanto, nada es absoluto y permanece sometido a la duda y a la falsación.

No creer en divinidades, tampoco significa exactamente negarlo, pues aún se esta lejos de tener la certeza de uno o de lo otro. Sucede que ante la inconsistencia en las doctrinas, la gente, como también lo hice yo alguna vez, se moldea en interpretaciones a sus creencias en donde se mezclan e incorporan de forma distinta los principios de sus iglesias, e inclusive se hacen empatar de alguna forma con los principios científicos. Y así, se pretenden tener creencias coherentes, solidas, con o sin iglesia. Se incorpora al dios de las otras religiones y a sus profetas, se empatan los sucesos históricos, se funde la esencia oriental con la occidental, se extienden las alegorías y metáforas, se hace a toda la humanidad pueblo del mismo dios y de la misma creación, y finalmente se estira la interpretación para dar cabida a teorías científicas como la evolución de las especies, el big-bang, la inmensidad del universo y la posibilidad de vida extra-terrestre. Inclusive se cree que las iglesias no cambian arbitrariamente, sino que evolucionan intelectualmente haciendo su tarea de incorporar estas nuevas interpretaciones y a la ciencia en si. Supuestamente, la iglesia católica, ha evolucionado así a través de concilios y encíclicas, en donde se habla de la necesidad apremiante de formar una nueva convivencia entre ciencia y religión, ya que se proponen como iguales en valor y complementarias para el ser humano. Así, se da una especie de doble discurso entre el de la homilía dominical y el del clero mas ilustrado. Mientras que estos aceptan la evolución de las especies como una interpretación dada en las escrituras, en el sermón de misa se habla del pasaje creacionista sin advertirse que es metáfora.

Esta flexibilidad, muy propia de la también llamada Nueva Era (New Age), llega a la suposición de creer que el dios es posiblemente imperfecto como nosotros, dejando un poco atrás la omni-potencia y la omni-presencia, invirtiendo la idea de la imagen y semejanza para hacerse el símil de un hombre haciendo experimentos con la materia y la energía, que creó y monitorea desde algún lugar. Desde donde intervino en algunas ocasiones pero que luego nos dejó por mucho tiempo. O interviene pero en forma misteriosamente discreta para apenas notarse- O tal vez, nos olvidó, o desapareció.

Muchos llegan al panteísmo sin saberlo al llegar a pensar que ese dios no es un alguien sino un algo. Una energía, una inteligencia, una luz sin la conciencia propia que caracteriza a los seres con voluntad y libre albedrío, apartándose entonces por completo, de la supuesta imagen y semejanza. Ante este dios-algo ¿Cuál sería la diferencia de creer o no creer en él?... Finalmente si es un algo no importaría que lo confundiésemos con la naturaleza o el cosmos. Esto sería panteísmo, y del tipo ateo. Panteísmo (wikipedia)
...será una investigación larga, ¿Cómo inciden las creencias en nuestra vida cotidiana?

3 comentarios:

Heli dijo...

Mmm interesante. Este blog promete. :)

Alex B. dijo...

Bueno, no pude llegar al final, pero me gusta tu estilo.

Ahora, creo un tanto falaz lo que ofreces por principio: que el no creer no te limita, en el contexto mexicano moderno, en tus derechos y obligaciones.

A lo mejor a ti, hombre, arquitecto y académico, no te afecta, pero careces de imaginación si pretendes hacer de esa una regla general (y sí que lo pretendes).

Un ejemplo simple es el aborto: a la mujer que no CREA que la vida empieza en el momento de la concepción, se le limita, en la mayor parte de nuestro creyente país, el acceso a una operación y/o medicamentos que hace mucho pueden realizar lo que, a lo mejor, ella desearía: por supuesto, entonces, que le afectan las creencias de los demás.

Y hay algo muchísimo más profundo que tiene una afectación en el tejido mismo de nuestra sociedad: la creencia ferviente en un creador preocupado por las cosas de los hombres enjendra el pensar unívoco y la exitencia de un estado "perfecto" del hombre (somos pecadores creados a imágen y semejanza de Dios: para el catolicismo, la vida es la lucha por agradarle y cumplir sus leyes).

Cuando esta creencia es mayoritaria y se pretende que se instauren leyes desde esta particular perspectiva, se pierde todo aquello que ganan quienes están (estamos?) dispuestos a considerar la idea de que, en serio, no tenemos ni tendremos ninguna idea razonable de quien creó esto y, por el momento (un momento de, ejem, algunas decenas de miles de años), todo apunta a que nunca lo sabremos.

Qué ganan los ateos? La perspectiva de que los absolutos no existen, de que hay modelos de solución de problemas hoy y habrá otros mañana. De que hoy los principios actuales pueden ayudarnos a alcanzar esto o aquello, pero mañana es otra cosa, y los principios tendrán que cambiar en función a la información con la que contemos, en ese momento, del mundo que nos rodea.

En fin: que si eres gobernado por quienes creen fervientemente en Dios, eres desafortunadamente presa de gente con pobre imaginación y una capacidad sólo mediana de interpretar la realidad: cuando Dios está ahí para explicarla, no necesitas pensar demasiado...

Y síguele: Bush invadió irak básicamente por mandato divino (así lo dijo, el chaquiritas), la guerra de Calderón se ha transformado en una guerra santa, en una jihad católico-mexicana en contra de todos esos malvados que no creen en Dios, claro, porque no "lo conocen" (chale, recontrachale, ultrarecontrachale)...

Y así nos vamos, no? Es en serio, muy difícil, defender a creacionistas y ultra-religiosos en estos días: no cuando sabemos tanto del mundo, no cuando la información está a disposición de todos.

A la realidad, quienes creen en Dios fervientemente (me refiero a los que EN SERIO creen en Dios y deveras están seguros que interviene en la vida de todos), sólo pueden responderle con Fé.

Y la Fé es, por definición, un abdicar de la razón.

Cómo puedes decir que "no te afecta"?

Por supuesto que te afecta...

aunque tengas la convicción (la fé!) en que no es así...

MAX WELL dijo...

Alex:

Creo que tienes razón. Aunque mi comentario en http://blogjesussilvaherzogm.typepad.com/el_blog_de_jess_silva_her/2009/06/calder%C3%B3n-contra-el-abismo-ateo.html#more
iba interesado en provocar una defensa del mismo Jesus, pues como verás en mi blog, más que una aseveración es una busqueda. Mi post no tiene mayor conclusión que seguir indagando en el asunto. Sin embargo, tu comentario me ha aclarado muchas cosas. Como por ejemplo, saber que mis sospechas son tan reales como la noche y el día. El hecho de que no estemos directamente afectados por "el aborto, etc, etc..." no quiere decir que no nos esté afectando de alguna manera. Cierto, Veamos si Jesus nos concede algo. Gracias a ti, nos leemos.