sábado, 18 de julio de 2009

MÉTODO – NO MÉTODO – ANTI MÉTODO

…con el deber de orientar a un pequeño de 7 años que se frustra cada vez que algo no le sale bien a la primera, se me ocurrió intentar inculcarle alguna metodología que le ayude, cuando menos, a emprender con alguna herramienta. Mas no quisiera tampoco, bajo ninguna circunstancia, hacerle creer que existen recetas para el éxito…

El método, como concepto, me resulta tal como entendí que son los valores para la filosofía (axiología). Los valores existen absolutos solo en el ideal imaginario, y además, su contra-parte no existe como tal, sino se trata de la ausencia del valor. Es decir, la deshonestidad no existe como tal, lo que hay es ausencia del valor honestidad. Así el método, nunca se encarna absoluto y tampoco tiene posibilidad para su anti-método, en todo caso, lo que pudiera haber es ausencia de método. Sin embargo, ni siquiera me parece posible tal cosa. Sea como sea, ahí donde hay humanidad, habrá una dosis de método...[...]



Bacon, Descartes, Popper, Hume, Kuhn, entre muchos, han sido de los más importantes filósofos que le han dedicado al método. En últimos tiempos, cabe destacar que aunque anárquico, es interesante la aportación de Paul Feyerabend, con su obra -Contra el Método- (1974).
Paradójico me parece, que lo mismo sucede con otro concepto, muchas veces contrapuesto al método; la CREATIVIDAD. Más que parecer solo un símil, me resulta mejor el entender a la, difícilmente definible, “creatividad” como un cierto tipo de método; o viceversa, al método como una forma de creatividad. Bajo cierta óptica, son lo mismo. Casi aseguraría que así lo asentiría el filósofo anarquista Paul Feyerabend.

Bajo estás condiciones, y con el deber de orientar a un pequeño de 7 años que se frustra cada vez que algo no le sale bien a la primera, se me ocurrió intentar inculcarle alguna metodología que le ayude, cuando menos, a emprender con alguna herramienta. Mas no quisiera tampoco, bajo ninguna circunstancia, hacerle creer que existen recetas para el éxito. De todas formas, con este método, o cualquier otro, la frustración se presentará con frecuencia, y otro menester será el aprender a manejar este horrendo sentimiento, de manera positiva.

Haciendo una revisión elemental por los métodos podemos resumir en el siguiente cuadro, en donde también localizamos el espacio en donde insertar la anarquía epistemológica propuesta por Feyerabend:



Para que pueda ser comprensible, práctico y útil para un niño de 7 años hicimos una traducción y ajuste de lo anterior para obtener la siguiente propuesta, que además ha considerado de alguna forma, un espacio para la anarquía de Feyerabend:


Para cuando haya que emprender la realización de algo
1. En orden
2. Con paciencia (por si hay que repetir)
3. Sin miedo (a la posible frustración)
4. SE VALE INVENTAR
5. Hacerlo bien, siempre es difícil (pero…
6. Con práctica se hace al maestro


(Poster de nuestro método)

Al centro me parece estar lo más importante, -se vale inventar- es la invitación a la creatividad, pero puede ser una trampa, ya que al inventar o crear, se abren las principales incógnitas y dificultades de procedimiento, y aquí me atrevería a decir como Feyerabend “se vale todo”. Los tres primeros son una especie de preparativos o preliminares; -en orden- implica encontrar el lugar, la comodidad, los instrumentos y los materiales necesarios. Los siguientes dos, -con paciencia y sin miedo- son referencias a actitudes necesariamente complementarias a las ya presentes actitudes que nos motivaron hacia la productividad. Y los dos últimos –hacerlo bien siempre es difícil- y -la práctica hace al maestro- son advertencias sobre la dificultad natural al tratar siempre de hacer las cosas bien, y cada vez mejor si se realiza una práctica al respecto.

Lo considero lejano de la mejor propuesta para un método, quizás y bajo la óptica más positivista, ni siquiera merezca esa denominación. Sin embargo, bajo las premisas de Contra el Método de Feyerabend ¿Cómo podrían ser estos métodos donde todo se vale?


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