jueves, 14 de agosto de 2008

To the great big question... a great big answer?








¿Cuál es el significado de nuestra existencia? o ¿Por qué, cómo y para qué estamos aquí? o ¿Cuál es el propósito y sentido de la vida? Entiendo, por lo que expone Dawkins que;
…el sentido de nuestras vidas, el significado, el propósito, el objetivo… no es más que el que cada uno le pueda y quiera proveer.
¿Acaso no te convierte esto en el Dios de tu propia vida?...Sin embargo…. aunque seamos nuestros propios dioses, hay que admitir que no somos omnipotentes… tal vez solo omnipresentes durante nuestra existencia, y eso, si a cualquier estado de la Conciencia se le puede entender como “estar presente”.

Traducción parcial...[...]

La raza humana es una de las maravillas del universo. Puede que seamos únicos. Y de todas nuestras características notables resalta una de ellas; la capacidad de hacernos preguntas como: ¿Porqué estamos aquí? y ¿Cuál es el propósito de la vida?....pero creo que la ciencia puede decirnos porqué estamos aquí. Puede decirnos el propósito de la existencia humana... La respuesta es optimista e inspirante... En 1859, Charles Darwin publicó un libro que cambió el mundo… Cuando Darwin primero se levantó el valor de publicar el libro, “origen de la especie”, quebrantó las bases espirituales de su edad… creo que Darwin tiene otro mensaje para nosotros, el cuál podría ser espantoso si nos dejamos ser intimidados. Pero es emocionante y que eleva, si tenemos el valor de hacerle frente. Creo que Darwin no sólo encontró la respuesta a la cuestión de cómo venimos a existir, creo que su teoría provee la respuesta a la última pregunta ¿porqué existimos?... ¿cuál es el propósito de la vida?

…Por siglos la gente intentó entender porqué los animales fueron equipados tan perfectamente para sus tareas. Asumieron que había solamente una explicación, el mundo natural fue diseñado y que el diseñador era dios… como el astrónomo Fred Hoyle lo puso, las posibilidades de que las partes de un organismo vivo vinieran espontáneamente juntas por suerte azarosa, es alrededor tan probable como un huracán que sopla a través de un montón del desecho y que montara espontáneamente un Boeing 747…

… Pero la selección natural no es una cierta clase de ceremonia de las concesiones, donde la naturaleza aplaude nuevas mutaciones genéticas interesantes. No es el show de la naturaleza. Es una competencia a muerte. Cada individuo dentro de cada especie compite en el mundo real sangrienta y ásperamente para el acceso a los recursos y para que las oportunidades se reproduzcan. La selección natural está todo en sobre vivir lo suficiente para pasar tus genes…En medio de esta matanza del difundirse salvajemente, cada animal lucha una batalla implacable para la supervivencia.... La selección natural explica cómo conseguimos llegar hasta donde ahora estamos.

¿También sugiere una oscuridad y respuesta el ocuparse a la pregunta - por qué estamos aquí? La selección natural sugiere que, como el resto de los animales somos máquinas de la supervivencia... Estamos aquí solamente el tiempo suficientemente largo para competir y pasar nuestros genes. Éste parece ser el propósito de nuestras vidas y la razón que estamos aquí. ¿Pero puede éste realmente ser el único propósito de la existencia humana? No pienso así. La teoría notable de Darwin ofrece un segundo significado a nuestro propósito. Es inspirante... Proviene la observación curiosa de que los seres humanos parecemos romper las reglas de Darwin. El comportamiento humano en el siglo XXI, parece no tener nada que ver con lo que llamamos selección natural. La evolución puede explicar cómo los seres humanos entraron al mundo, pero no vierte mucha luz en la manera que conducimos nuestras vidas hoy. La mayor parte de nuestra energía va a proyectos que parecen no tener nada que hacer con las metas de la supervivencia o de la reproducción. Ni nos sentimos ni actuamos como si la compulsión evolutiva nos condujera. Parecemos habernos liberado de la necesidad de pasar toda nuestro tiempo propagando nuestros genes egoístas. Tenemos muchas otras metas que toman nuestro tiempo y energía. Exploramos el mundo alrededor de nosotros. Creamos los objetos para su belleza estética. Perseguimos manías por la diversión. Y cuando tenemos sexo, desafiamos nuestros genes con la contracepción. Si solamente pudieran pensar, nuestros genes serían horrorizados con todo esto. Me encanta, personalmente, que nuestros grandes cerebros nos dieron la libertad para desafiar a nuestros genes egoístas. El mundo sin refinamiento de la selección natural, no es la clase de mundo en el que deseo vivir. La belleza y la útil elegancia entre chitas y gacelas son labradas en el costo enorme de la sangre y el sufrimiento de antepasados incontables en ambos lados. ¿Pero si es el último propósito de nuestra existencia darvinista de propagar nuestros genes, cómo podemos desafiarlo? Es Irónico, las cosas que nos liberaron de nuestros genes, eran también el resultado de la selección natural. Y todo comenzó hace millones de años en África, cuando los seres humanos eran presa inmóvil. Rodeado por los depredadores, desarrollamos las herramientas de la supervivencia. Y el más importante de éstos era el cerebro. La selección natural condujo el desarrollo del cerebro humano. Hizo así sin mayor propósito tal como condujo el desarrollo del pico del pájaro carpintero, o la velocidad del chita. La ventaja genética fue recompensada y nuestros cerebros consiguieron ser más grandes. No acaba en ser más grandes, llegaron a ser diferentes. Desarrollaron la capacidad de hacer algo que ningún otro animal podría hacer. Fijarse metas. Encontrar un nuevo pozo de agua, planear una cacería, guardar el alimento para el invierno y aprendimos a adaptar y cambiar nuestros pensamientos. Lo que la selección natural construyó en nosotros en África, era la capacidad de buscar, de esforzarse, de instalar metas a corto plazo en el servicio de metas a largo plazo y eventualmete, la capacidad para la previsión. Cerebros más grandes que permitieron que nuestros antepasados compitieran con más eficacia, y entonces, algo sin precedente sucedió.

Un cerebro apareció que podía mirar alrededor del mundo, y hacer, quizás por primera vez la pregunta, POR QUÉ? ¿Por qué estamos aquí?
¿No éramos más felices hacer lo que nos decía la naturaleza? Comenzamos a pensar de otras metas que nos satisficieron. Y teníamos una herramienta para expresar esas metas -El lenguaje. El discurso nos dejó compartir las metas. Y una criatura capaz de comunicar sus metas comienza a pensar con propósitos. Acto y Crear con propósitos... Un inventor puede producir la rueda.. Ésta es enteramente una nueva clase de evolución, evolución no genética. Avanzando a una velocidad quizás de millón de veces más rápida que la evolución genética.

Vemos sus productos por todas partes en la tecnología del mundo moderno. Hemos creado un mundo tecnológico que nos permite mover lejos, más allá de lo dictado por la naturaleza. Y permite que hagamos cosas asombrosas. Aliviamos hambre con nuevas tensiones de cosechas. Predecimos el tiempo con las computadoras de alta velocidad y las enfermedades de la curación con farmacéuticos. Con tecnología, hemos llenado el mundo de creaciones útiles y bellas. Pero la tecnología hace algo más. Crea un hábito incomparable de pensamiento. Un animal que inventa, mirará el mundo de una manera diferente que cualquier otro animal. Vemos el mundo a través “de espectáculos coloreados con propósito”. Porque creamos las cosas para un propósito, en el pasado asumimos que había un diseño con propósito en la naturaleza también. Y de hecho, no había tal. Le tomó a Darwin para realizar esto mirar profundamente en el corazón de la naturaleza y descubrir un mecanismo hermoso que simula oculto, la ilusión del propósito. Por primera vez, una criatura desarrollada había visto debajo del velo de la naturaleza y se había resuelto entonces cuál era la naturaleza realmente.
Y es este espíritu de la investigación lo que condujo a Darwin a entender lo que da significado a nuestra vida. Todavía nos conduce hoy, accionando nuestra capacidad técnica, nuestro comportamiento flexible y nuestra comunicación rápida de nuevas ideas; ha estallar hacia fuera de los límites de nuestra atmósfera, para explorar mundos nuevos. Y nuestras mentes han viajado incluso más al futuro. Hemos mirado a través del vacío del espacio a las galaxias distantes. Hemos mirado al revés en el tiempo, hacia el mismo nacimiento del universo y del tiempo en sí mismo. Al otro extremo, hemos mirado profundamente en el átomo, hacia el extraño mundo de partículas sub atómicas, y el más asombroso de todos, hemos visto la célula viva, finalmente desenredando los códigos de los genes mismos.
Y aún, no estamos satisfechos. Nos hemos estirado hacia fuera en nuestra búsqueda para encontrar el significado de la vida, hasta que nos damos cuenta que somos nosotros los que proporcionamos el propósito en un universo que no tendría de otra manera no tendría significado alguno. Nada puede hacerlo. Por lo menos nada de lo que sabemos.

En una esquina pequeña, si no poco importante del universo, se celebra un nacimiento. El nacimiento del propósito deliberado. El planear, diseñar, prever. Por lo que sabemos, esto puede ser un acontecimiento sin precedente. No tenemos ninguna evidencia que haya ocurrido jamás en otro lugar, y después de que nos vayamos, puede que nunca suceda otra vez. Podemos irnos detrás de la crueldad, la basura, el vacío de la selección natural. Nuestros cerebros, nuestra lengua, nuestra tecnología, nos hacen capaces de prospectiva. Podemos instalar nuevos propósitos, nuestros propios propósitos. Y entre estas nuevas metas puede estar la comprensión completa del universo en el cual vivimos. Una nueva clase de propósito está implicada en el universo, éste reside en nosotros.

Cuándo oigo a alguien decir, la vida es dura, yo me tiento siempre a preguntar ¿Comparado a que? - Sydney Harris


credits

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Richard Dawkins in YouTube

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Original Post in Beep Beep it's me



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